Ayuthaya

28-2-10

Ayuthaya fue la capital de Thailandia entre 1350 y 1767, y es el centro histórico más conocido del país. Se puede ver en www.ayutthaya.com Los invasores Birmanos hicieron un buen trabajo saqueando la ciudad, y las ruinas supervivientes se esparcen entre una moderna ciudad a unos 80 km al norte de Bangkok. El casco antiguo está dentro de una especie de isla que forma un cuadrado, rodeado por ríos, y visitar los monumentos más importantes es muy fácil con una bici o una moto, o pagando tuk-tuk, claro.

El tren me dejó sobre las 18:15 en la estación. Sólo tenía el nombre de 2 guesthouses y sus direcciones, pero no sabía dónde estaban. En cualquier caso, quería llegar a la zona antigua de la ciudad, y para eso hay que cruzar el río.

Poco a poco he ido comprobando que en el sudeste asiático, a diferencia de en Europa donde pensamos que un negocio similar al nuestro cerca es competencia y es malo, suelen agruparse todos los oficios en las mismas zonas, como en los antiguos gremios europeos. Por ejemplo, en Hat-Yai me encontré con una calle llena de tiendas de recambios para coches. Había al menos 10 en menos de 100 metros. En el barrio Indio de Kuala Lumpur, las joyerías están codo con codo una pegada a la otra. En Jakarta, Indonesia, hay plantas enteras en centros comerciales dedicados única y exclusivamente a móviles, o a telas. En Jogyakarta, hay calles que sólo venden Batiks, y en Ayuthaya hay una calle con unos 15 cibers. Pues bien, eso suele ocurrir también con las guesthouses, o zonas de mochileros. Donde hay una, hay más. Así que no suele ser problema buscar opciones. Si te pierdes o no estás seguro de dónde estál tal o cual calle o hotel, pregunta por el más cercano, que seguro que hay varios alrededor.

Así hice al llegar. Crucé el río pagando 4 B en un viejo bote, y como no tenía ni idea de dónde estaban la zona de hoteles, le pregunté a alguien en la calle que dónde había una guesthouse, y me dibujó un mapita. Efectivamente, en esa misma calle hay 4 guesthouses.

Me alojé en “Tony´s Place”, en una perpendicular a Naresuan Rd, por 250B la nohe (5,50€) en una habitación cojonuda. Creo que es de las mejores donde he estado: cama enorme de matrimonio, armarios, ventiladores, un aire acondicionado que aunque no enfriaba sí que echaba aire y algo ayuda, wifi gratis, mucho espacio para tirar mis cosas y lo mejor: una gran terraza con banco, mesa y hasta una silla mecedora. Cojonudo para tomar una birra mientras se escucha la música de los bares de enfrente al ponerse el sol. Después no, porque los mosquitos te comen.

Allí pasé 3 noches. Me costaba irme, por la habitación tan cojonuda y por la ciudad, preciosa.

El primer día no hice gran cosa. Cenar y beber algo mientras charlaba con el dueño de un bar debajo de mi habitación, un tipo de luxemburgo que vive allí. Me contó que al poner un negocio en Thailandia, un extranjero jamás va a poseer la titularidad del mismo. Debe estar el 51% de la empresa en manos de un thai, que puede ser tu esposa o quien tu quieras, pero tú nunca vas a poseer la tierra, ni el local ni nada. En caso de problemas, tienes todas las de perder. En mi opinión es una medida un tanto radical, que frena mucho las inversiones extranjeras. Aunque no más que la Indonesia, donde te cobran 1000$ anuales si quieres montar un negocio...

A la mañana siguiente crucé el río para alquilar una bici. Me salió por 40B el día (menos de 1€). Sin marchas, pesada y fea de cojones, pero me sirvió fielmente hasta el segundo día...cuando se jodió y se le salía la cadena cada dos por tres. Menos mal que de pequeño estaba con mi hermano Loren todo el día con la bici, y aprendí a arreglar esas cosillas. Pero acabé con las manos llenas de grasa, y la tipa de la tienda, muy honrada, no me quiso cobrar el segundo día al explicarle lo sucedido.

La primera parada fue en el “Wat Pahan Choen”. Fui ahí porque me hizo gracia la imagen con la que anuncian el lugar, parece un Don Quijote chino:



Dentro hay unos cuantos templos, un monje enano muy gracioso y unas tumbas.






Hacía un calor de mil demonios, lo hizo durante los 3 días, y a los 5 minutos ya estaba empapado de sudor. Además, con la humedad que hay aquí, cuando paras de hacer el esfuerzo, es cuando empiezas a sudar de verdad. Creo que en los dos días que estuve con la bici bebí unos 15 litros de agua.

Luego fui al “Wat Panan Choeng”, que se supone fue fundado cerca de la fecha de la misma creación de la ciudad, pues el gigantesco buda de 19 metros de altura data de 1324. Fijaos en la foto, que hay unos tipos en la cadera del Buda, para hacerlos una idea de su tamaño. Dentro del templo había gente rezando, monjes y tal, pero puedes entrar y salir sin problemas. Eso sí, quitándote los zapatos antes.



Y ahí estoy yo con mi super bólido.



Luego me dediqué a rodear la ciudad por la rivera del río, parándome en los sitios que me parecían interesantes, dándole toda la vuelta a la ciudad. La verdad es que acabé bastante cansado, pero mereció la pena y es una ruta que le recomiendo a todo el mundo.



Entré con bici incluida en el parque “Sri Nakakharin”, muy bonito con sus canales de agua y sus estupas, pero a la par que esos monumentos, me encantaron los árboles, que parecen tan antiguos como la propia roca de los monumentos que parecen proteger.




Cuando divisé el “Wat Buddhai Sawan” al otro margen del río, volví a cruzar en barca. Tiene una torre blanca muy alta que se ve desde casi toda la ciudad, y un buda tumbado que parece estar vivo. Aunque la paz y la tranquilidad del lugar se la cargaron los cientos de niños que estaban de visita con el colegio. Al igual que sus mayores, estos niños thais son bastante más cerrados y menos simpáticos que los niños indonesios o malayos, aunque bastante obedientes con sus profesores, a los que seguían con orden.







No entiendo demasiado del hinduísmo, pero creo que Robert E. Howard se inspiró en esta religión para crear parte de su mitología. Cuando vi a estas serpientes me vino a la cabeza “Conan el Bárbaro” luchando contra los monjes seguidores de Seth, y no pude evitar sacarme esta foto chorra.




Uno de los monumentos que más me impresionaron fue el “Wat ChaiWatthanaram”, con un conjunto de torres que bastante buen estado, aunque nada comparado con lo que fue en un momento, a juzgar por la maqueta que había en la entrada. Para este monumento, había que pagar 50B, pero harto de pasar por caja yo cuando los locales entran gratis, me colé por un lateral.








En el centro hay una enorme torre a la que se puede subir, con mucho cuidado que es muy empinada y bajar se hace complicado sin sufrir vértigo. Desde arriba la vista es muy bonita, con el río al lado.




Quería una foto en lo alto de la torre, así que bajé, le di el móvil a una amable alemana, le expliqué dónde tenía que pulsar, y volví a subir corriendo los tropecientos escalones hasta la cima, para no hacer esperar a la señora. Esta fue la foto que sacó la tía:



Sin comentarios xD

Seguí con mi bici, parando de vez en cuando para reponer líquidos y comer algún helado. Sí, contraproducente, pero estoy de vacaciones!! Pase viendo más torres y sitios fotografiables. Últimamente se me está cargando esto mucho de fotos, y parece más un publireportaje que un blog de viajero, pero son sólo una poquísima parte de las que saqué! Este lugar sería el paraíso de cualquier fotógrafo medio amateur, que no es mi caso.





Comí en un puesto de carretera con dos mujeres muy cachondas. Nada más llegar se levantaron al verme, y se pusieron a vacilarme, con que se querían ir conmigo en mi bici. Me cogían de la mano y se montaban en el asiento trasero, indicándome que arrancara jajajaja. El arroz con pollo, como siempre, demasiado picante.

La verdad es que al final del día estaba ya un poco cansado de tanta torre, así que me fui a darme un masaje Thailandés. ¡Qué manos Dios! Esa mujer era una santa. Me dejó nuevo. Por 4 euros me dio un masaje con aceite de 1 hora. Un gustazo. Fue mi lujo del día, después de haberme dado ese tute :)

Por la noche, me di un paseo por la zona, esta vez caminando, para ver los monumentos iluminados, pero me defraudaron un poco, así que tras cenar en una feria local cosas fritas con mucha grasa y colesterol, me fui a sobarla. Estaba molido.

Al día siguiente seguí con la bici. Y más y más templos, y torres, y parques.

Le tocó el turno al “Wat Ratchaburana”, un complejo que se guarda en bastante buen estado a pesar de haber sido construido allá por el 1424, por un rey en honor a sus dos hijos, los cuales se mataron el uno al otro en una pelea por el trono.






Paseo por un parque cercano, con más budas y dioses hindúes de vez en cuando.




Luego me crucé con un grupo de elefantes que paseaban a turistas chinos. Muy graciosos ellos, pero por si las moscas, yo me crucé de acera, no fuera que me confundieran con algo y me metieran una “trompada”



Este día ya me lo tomé con más calma y descansé más que sudé. Por la noche, algo de socializar con un vecino que se puso de ocupa en mi terraza y unas birras contando anécdotas pasadas y planes futuros.




Hice mi calendario para que no me pasara lo de Indonesia. Tengo que salir de Thailandia el día 9 de Marzo, así que hoy día 28 cogí tren para moverme un poco más al norte, un poco más cerca de la frontera con Laos. Escogí como parada “Phitsanulok”, simplemente porque es una ciudad con estación de ferrocarril, y parece que algunas cosas interesantes. Mañana buscaré información y a ver qué se puede ver por aquí.

Saludetessss

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