A esperar

He decidido no seguir mirando. Llevo 2 meses preparando este viaje y he leído decenas de blogs de todas las clases, relatos de otros viajeros. Unos largos y otros cortitos, unos muy detallistas y otros que sólo dejan caer sus impresiones para hacer que tu imaginación vuele… Los he metido en favoritos y los seguiré, pues llega un momento en que su viaje es también tuyo. Me he dado de alta en varios foros y he leído y releído, he preguntado y he sido ayudado, (magníficala comunidad de viajeros que tenemos en castellano, todo sea dicho). He entrado en varias comunidades de viajeros y mochileros, he descubierto Couchsurfing y he conocido a gente estupenda que estoy seguro me tenderá la mano llegado el momento. Gente estupenda, la indonesa. Me he comunicado con todo aquel que he creído que me podía aportar ideas, como Noel, un amigo que lleva unos 8 meses de viaje y me ha dado estupendos consejos sobre el terreno. He creado este blog cuando ya la espera me ha resultado insoportable y poder volcar aquí mis ganas desalir de una vez volando de aquí!!



Sólo queda esperar a que pasen estos lentísimos días…Y me sorprendo mirando cada día 5 veces el calendario, como un adolescente que espera una cita el fin de semana. No puedo hacer mucho más, ya lo tengo casi todo claro, y he cerrado las conexiones de vuelos y hoteles para las dos primeras semanas del viaje, las que comparto con mi amigo Rubén. No quiero hacer más planes. Una vez me quede sólo en Yakarta, pasaré a la fase de improvisación. Da igual que planee esto o aquello, como dijo algún comandante “ningún plan sobrevive inamovible ante el enemigo”. Tengo más o menos claro lo que quiero hacer a partir de ese momento, pero prefiero dejarlo todo un poco en el aire, e ir improvisando según me apetezca. Si un lugar me parece encantador,sería una pena dejarlo atrás por las prisas de un calendario que hay que cumplir. Por eso odio los viajes organizados, siempre van con prisa a todas partes, sin darte tiempo a regocijarte en ese magnífico lugar que acabas de encontrar, o a hacer una digestión de una estupenda comida tranquilamente y al final hasta te sienta mal…



En los próximos días me despediré de mi perrito, que envío con mi madre. Con ella estará mejor que con nadie. Lo echaré mucho de menos. Es lo que tienen los viajes largos…las cosas que dejas atrás… Pero no voy a empezar a lamentarme tan pronto!! También dejaré el tema del trabajo listo, que aún hay que atar algunos cabos. Me vacunaré y presentaré a Rubén el planning sobre la mesa y nos beberemos algunas cervezas mientras nuestras mentes se van de viaje antes que nosotros. Banco, teléfono y demás asuntillos que hay que cerrar, esta semana sin falta.


Mientras tanto, sólo me queda esperar. Y desesperarme…


Y este es Kuzko, la cosa peluda que más echaré de menos