Surabaya y FELIZ NAVIDAD!

Solo, Java, 24-12-09

Surabaya sólo me duró un día. Definitivamente no soy hombre de ciudad...vaya coñazo de tráfico. Aquí ha sido donde he visto el primer accidente de moto en vivo y en directo frente a mi, y luego yo fui víctima de uno...sólo un susto gracias al cinturón de seguridad... Ya me extrañaba a mi que tras 3 semanas en este país no hubiera visto ni uno solo. Pues he tenido bastante! Da igual que sea un pueblo o una ciudad. Conducen como chiflados!!

La experiencia de “surfear” la casa de Erwan ha sido cojonuda. Definitivamente la comunidad de CS es excepcional. La chica a la que solicité alojamiento no podía hacerlo, pero me puso en contacto con Erwan, un joven que acababa de regresar a su país tras 5 años en Estados Unidos. De familia muy bien situada, su casa es como un pequeño palacio. Me dieron una habitación y un baño para mí solito, y me trataron como a un señor. Hasta pude lavar mi ropa por fin en una lavadora sin tener que estar frotando!! Le estoy muy agradecido por su generosidad y todo el tiempo que dedicó a mi visita. No he tenido muchas experiencias de CS, esta es la segunda, pero con rotundidad puedo afirmar que no muchos Cs´s pueden ser tan buenos hosters como Erwan. Vaya encanto de chico.

Llegué a su casa a las 5 de la mañana, resacoso después de la juerga del barco la tarde anterior, pero como siempre que llego a una nueva ciudad, con ganas de tirarme a la calle. Así que Erwan, que ahora mismo está buscando trabajo en Jakarta, estaba libre para darme un paseo por la ciudad. Así que nos fuimos a recorrer museos y demás. Él había vuelto hacía sólo 2 semanas, por lo que muchos lugares de la ciudad eran también nuevos para él.

Tras hacer algunas gestiones bancarias, empezamos la ruta. Primero fuimos a la casa del gobernador...un chabolazo...pero ver casas no es divertido, así que nos acercamos al “Kapal Selam”, un lugar en línea con la fascinación indonesa por todo lo militar, donde tienen instalado un submarino-museo que compraron a la URSS en el 62. Muy chulo entrar por primera vez en las salas que tantas veces he visitado en el “Silent Hunter” de PC como el puesto del sonar o la radio:) Por supuesto, la fotito con el telescopio no podía faltar...





Luego nos acercamos a otro monumento, que como el 90% de los monumentos indonesios, conmemora la victoria en la lucha por su independencia frente a los japos y los holandeses tras la Segunda Guerra Mundial.



Dentro hay un museo con dioramas, fotos, armas, etc... sobre los principales acontecimientos y luchas de la ciudad.

Ahí conocimos a dos chicas checoslovacas, Isabel y Cristina, que se vinieron con nosotros al Museo Sampoerna. Esta compañía es una de las más grandes de Indonesia, y la principal tabacalera del país, que exporta a todo el mundo. He oído decir que uno solo de sus cigarros se venden en algunos restaurantes exclusivos de Europa por 5$. Y la verdad es que son unos cigarros con un sabor muy particular, como a chocolate, aunque un poco fuertes para mi gusto.

Pues este señor, el Sampoerna, empezó su empresa tirando de un carro como este, vendiendo hortalizas y cigarillos:



y sólo 20 años después ya era uno de los hombres más ricos de Indonesia....¡¡ A la mierda el sueño Americano, y arriba el Indonesio!!

Dejamos a las checas en su hotel y nos fuimos a comer a un restaurante de un amigo de Erwan. Probé un plato típico de la ciudad, frente de vaca con verduras y una salsa picante. Definitivamente aún no estoy preparado para algunas comidas indonesas... Tuve que hacer un esfuerzo importante para poder tragarme aquello sin echar las peras. El sabor era bueno, pero la sensación de masticar en la boca la “frente de vaca” era como...el de un chicle que dejaste hace 3 meses en la mesita de noche. Así que tras hacer lo que pude con aquello y esparcir por el plato de la manera más discreta posible el resto, sacié mi hambre con un helado de frutas muy rico. Menos mal que no me dejaron pagar la cuenta xD

Por la tarde y después de una siesta reparadora nos fuimos a un centro comercial a por unas cholas, que las mías hacía dos semanas que se habían rajado y estaban echas polvo. Me compré unas parecidas por 10€ y fuimos a por las checas, que se venían con nosotros a visitar el barrio árabe de la ciudad, de los más antiguos.

Ahí hay una mezquita-cementerio que acoge los restos de uno de los primeros musulmanes de Indonesia, pues allí por el 1430 empezó a predicar la palabra de “alá” por esta tierra. Hoy en día miles de peregrinos vienen a rezarle a su tumba y es un lugar sagrado. Tras caminar por algunas callejuelas del barrio admirando sus pequeñas tiendas donde venden toda clase de artículos de ropa, preciosos y a buen precio, llegamos al cementerio. Yo nunca había entrado en una mezquita, y le pregunté a Erwan, de religión musulmana, si era posible pasar. Les preguntó a una gente si era posible, y accedieron. Tanto yo como las checas estábamos acojonados, porque Erwan nos había dicho que algunos musulmanes de la zona son bastante radicales, y que ese era un lugar MUY sagrado para ellos. Era posible que extranjeros no fueran bienvenidos en el lugar. Por supuesto, éramos el centro de atención de los cientos de musulmanes que deambulaban por allí, y el corazón me latía a mil. No por mi, sino por las chicas. Dos mujeres rubias y de piel clara en un lugar sagrado musulmán...me parecía una mecha perfecta para que estallara una bomba...

Nos hicieron poner una ropa que más o menos nos camuflaba: yo con una manta que daba un calor de 3 pares alrededor del cuerpo, y las chicas se cubrieron los hombros y la cabeza con otros trapos, y entramos con respeto al lugar. Las mujeres por un camino y los hombres por otro. Me senté junto a Erwan y otros musulmanes que rezaban el “Corán” de carrerilla y sin respirar frente a la tumba del santo. Tras sus rezos y 10 minutos de aguantar miradas en la nuca como cuchillos, pensé que era suficiente y nos largamos, no sin antes dejar un dinerillo en unas urnas como muestra de respeto y en agradecimientos por dejar entrar a unos “blasfemos” en el lugar...

No saqué fotos de la tumba, pero en la ciudad hay una mezquita, que es la más grande del sudeste asiático. Muy bonita toda de azul y blanco y con altísimos minaretes acabados en media luna.



Después de las emociones del tema musulmán, tanto las checas como yo queríamos celebrar seguir vivos tomando unas copas, así que Erwan nos llevó a un garito muy chulo con música en directo y gente joven. Cuando llevamos a las chicas al hotel ya teníamos todos un agusto considerable, pero pronto se nos cortó todo el rollo: el cabrón del encargado del hotel de las checas había cerrado con llave la entrada y se había puesto a sobarla aún más borracho que nosotros, y por más gritos e intentos de despertarle que hicimos, parecía muerto el tipo. Media hora después, aburridos y cansados por fin abre la puerta, pero ya lo que queríamos era sobarla y dejar la juerga...

Al día siguiente miré el calendario y me di cuenta de que tenía 3 semanas para hacer toda Java y volver a Bali, desde donde sale mi vuelo a Kuala Lumpur. Así que pensé que con un día había tenido bastante Surabaya, y aunque la hospitalidad de Erwan había sido inmejorable, nos fuimos a por mi tren.

En el camino a la estación nos dimos un hostión con el coche. Menos mal que llevábamos puestos los cinturones de seguridad, y que el coche era un todo terreno con protección frontal extra, porque le dimos por detrás a un tipo con bastante fuerza. Aquí una muestra de cómo quedó la víctima:



Los padres de Erwan son jefes de policía, y este país es uno de los más corruptos del mundo, así que con 300000 rupias arregló el asunto: la culpa fue del otro por adelantar por la izquierda y meterse delante sin intermitente (en teoría sólo se puede adelantar por la derecha). Con este mal sabor de boca me despedí de Erwan y cogí mi tren. Decidí hacer una parada en “Solo”, una importante ciudad cultural muy cerca de Jogyakarta. Por supuesto, cogí el ticket más barato, el Ekonomic, porque sigo siendo pobre y porque es más divertido. Y vaya que si fue divertido. Primero la feroz lucha por pillar un asiento. Me habían dejado claro en taquilla que no me aseguraban asiento: todo el mundo se sube corriendo a ver quién lo pilla, pero esta era la segunda parada, así que el 95% ya estaba pillado... Menos mal que soy perro viejo y me busqué una posición estratégica para subir al tren cuando éste parara, y subí el segundo a bordo (no subí el primero porque un tipo me dio un empujón que casi me tira a mí y a mi mochila de 20 kilos). Encontré un sitio, el único de mi vagón, y a esperar las 5 horas de trayecto.

Aquí una foto de mi vagón antes de que se llenara de gente de pie sin asiento, y del paisaje.



El camino fue entretenido: un paisaje precioso con arrozales y zonas verdes por todos lados, y una gente indonesia que no deja de ser agradable aunque le estén clavando el codo en un costado o un niño acabe de echar la pota a su lado. Todos hablan entre ellos, bromean y ríen, te hablan y ofrecen comida sin parar aunque no les entiendas un pimiento.... Absolutamente opuesto a la tristeza que se respira en el metro de Madrid, por ejemplo, donde nadie se mira a los ojos y cualquier gesto de acercamiento es una invasión de la privacidad personal...

Aquí sonreir es muy fácil :)

NOTA: FELIZ NAVIDAD!! Casi ni me había dado cuenta!! a 28 grados a la sombra uno nunca tiene la sensación de que sea navidad :D